Por Jorge Cuevas
Santiago Fernández no dejó el mejor recuerdo en la afición del Club América, pues fueron sumamente criticadas sus participaciones con las Águilas y hasta es considerado como uno de los peores jugadores en la historia.
"No te voy a decir que Messi era mi hermano, pero muchas veces me daba aventón. Yo vivía muy cerca del Camp Nou, entonces cuando bajaba me iba caminando y él pasaba con su papá. Como tenía 17 años y no podía manejar, me decían: 'Súbete'", dijo en entrevista para Caliente TV.
Santiago Fernández, un nombre que resuena con amargura en la memoria del americanismo. Un jugador que cargó con el peso de las críticas, que nunca logró consolidarse en el Nido, que se convirtió en blanco de burlas y reproches. Pero, detrás de la figura del futbolista que decepcionó a la afición azulcrema, se esconde una historia peculiar: la de un joven que tuvo la oportunidad de compartir vestuario con Lionel Messi en el Barcelona.
Santiago Fernández llegó al Club América con la etiqueta de promesa. Un canterano con talento, con velocidad, con capacidad para desequilibrar en el ataque. Sin embargo, su rendimiento en el primer equipo nunca estuvo a la altura de las expectativas.
Fernández fue un jugador irregular, inconsistente, incapaz de marcar la diferencia. Sus errores, sus fallas, sus decisiones equivocadas, lo convirtieron en blanco de críticas. La afición americanista, exigente y apasionada, no perdonó su bajo rendimiento.
En medio del calvario americanista, Santiago Fernández tuvo la oportunidad de vivir un sueño: realizar una prueba con el Barcelona. El club catalán, conocido por su apuesta por el talento joven, le abrió las puertas al delantero mexicano.
Fernández viajó a Barcelona con la ilusión de impresionar a los técnicos blaugranas, de demostrar su calidad, de ganarse un lugar en el equipo. Durante su estancia en Barcelona, Fernández tuvo la oportunidad de compartir vestuario con Lionel Messi, quien en ese entonces comenzaba a despuntar como uno de los mejores jugadores del mundo.
La experiencia de compartir vestuario con Messi fue un momento inolvidable para Santiago Fernández. El delantero mexicano pudo conocer de cerca la calidad humana del astro argentino, su sencillez, su humildad, su profesionalismo.
Messi, a pesar de su juventud, ya era un referente en el vestuario del Barcelona Juvenil. Se comportaba como un compañero más, apoyando a los jóvenes, dándoles consejos, animándolos a seguir luchando por sus sueños.
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