Por Emiliano García
No cabe duda que Giovani Dos Santos tenía el talento para haber triunfado como futbolista profesional, sin embargo, le faltó, quizá la pieza más importante, la mentalidad. Los mejores siempre lo son porque quieren serlo, no solo basta con buena técnica, también hay que esforzarse.
En México han salido jugadores que, a pesar de su talento y buena técnica, adolecen del hambre y de la ambición que se necesitan para ser un grande. Gio es uno de los ejemplos que mejor ilustran esta situación, pues en sus inicios lo perfilaban para cambiar al futbol mexicano, hoy está sin equipo a sus 33 años.
En el lejano 2005 Giovani fue parte de algo nunca visto en México, pues lograron ganar el campeonato mundial Sub-17. Los entusiastas interpretaron en ese éxito juvenil un cambio para el futbol mexicano, pues finalmente tendríamos una “generación de oro”. A casi 18 años de dicha hazaña solo queda la nostalgia por algo que nunca llegó.
En cuanto a Dos Santos, fue llevando su carrera en decadencia, pasó del Barcelona al Tottenham, luego al Ipswich, Galatasaray, se fue a España y jugó con el Racing de Santander, en Mallorca y Villarreal, finalmente se fue al Galaxy y terminó por se rescatado por el Club América.
La carrera de la gran promesa mexicana estuvo marcada por las inconsistencias en el terreno de juego y la indisciplina extra cancha. En América no fue diferente, gastaba en fiestas y terminó siendo cortado del equipo, ahora que Gio no tiene equipo parece estar sentando cabeza, pues ya está más tranquilo y maneja mejor sus finanzas, incluso invierte.
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