Por Jorge Cuevas
América recibió una de las muestras de cariño más especiales en su llegada a Guadalajara, pues la afición le llevó serenata a los jugadores y cuerpo técnico para demostrarles que están con ellos a muerte en estos tres Clásicos ante Chivas.
Uno de los más ovacionados por los americanistas fue André Jardine, que mientras se asomaba era vitoreado por cientos de hinchas. Y tras ver las muestras de cariño, le dijo a una de las cámaras que grababa: “No hay dinero que pague esto”.
La realidad superó cualquier expectativa: el Club América, jugará como visitante nominal, pero se siente como en casa. Y no es casualidad, es la consecuencia lógica de ser el equipo más grande de México.
En México, ser americanista es más que una simple preferencia deportiva; es una identidad, una pasión que se transmite de generación en generación.
Jalisco, y particularmente Guadalajara, no son la excepción. La migración interna, la búsqueda de oportunidades laborales y el arraigo cultural han convertido a esta tierra en un bastión americanista. Miles de familias, con el corazón pintado de amarillo y azul, han encontrado en Guadalajara su hogar, pero nunca han olvidado su pasión por el América.
El pasado fin de semana, el Estadio Akron fue testigo de un fenómeno que desafía la lógica del fútbol: el América, jugando en casa del acérrimo rival, las Chivas Rayadas de Guadalajara, se adueñó de las gradas. El rugido de la afición americanista, los cánticos de apoyo y el ondear de las banderas azulcremas eclipsaron cualquier intento de aliento rojiblanco.
No es que la afición de Chivas haya desaparecido, simplemente fue superada por la marea amarilla. La presencia masiva de americanistas en el Akron fue un golpe de realidad para el Rebaño Sagrado: en su propia casa, se sintieron visitantes.
La grandeza del América no se mide por los títulos, aunque estos abundan en sus vitrinas. Se mide por la pasión que despierta en cada rincón del país, por la lealtad de una afición que lo sigue a donde vaya, por la capacidad de convertir cualquier estadio en su fortaleza.
El América es un equipo que trasciende fronteras, que no conoce límites. Su grandeza se basa en una historia rica en triunfos, en una filosofía de juego ofensivo y espectacular, y en una conexión inquebrantable con su afición.
El americanismo es un fenómeno social que va más allá del fútbol. Es una pasión que une a familias, que crea lazos de amistad y que genera un sentido de pertenencia. El América es un equipo que representa a México, que lleva su nombre con orgullo y que siempre busca la victoria.
31/03/2025
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