Pero si era el América todos protestan, el regalo que le dan a Cruz Azul y nadie dice nada

Una situación peculiar ha rodeado la llegada de Jesús Orozco Chiquete a Cruz Azul. De manera sorpresiva, el jugador apareció registrado en la cédula principal de la Liga MX prácticamente al instante de ser anunciado por el club cementero. Esta celeridad ha llamado la atención, especialmente considerando que, según el reglamento de la Liga MX, los contratos deben ser presentados de forma física. Sin embargo, todo indica que Cruz Azul habría realizado el trámite de manera digital. Lo que resulta aún más llamativo es la notoria ausencia de críticas por parte de aquellos que suelen ser muy vocales cuando se trata del Club América. La situación contrasta fuertemente con la reacción que se esperaría si el América hubiera utilizado este mismo mecanismo.

La rapidez con la que se concretó la inscripción de Chiquete ha generado suspicacias. Si bien la tecnología permite agilizar muchos procesos, el reglamento de la Liga MX establece claramente la necesidad de presentar la documentación física. La aparente omisión de este requisito por parte de Cruz Azul ha pasado prácticamente desapercibida para la opinión pública, especialmente para aquellos que suelen criticar con vehemencia al América. Esta disparidad en el escrutinio genera una sensación de injusticia entre la afición americanista, que se siente constantemente bajo la lupa.

La doble vara con el Club América

Es innegable que existe una doble vara al medir las acciones del Club América. Cualquier situación, por pequeña que sea, es amplificada y criticada por diversos sectores. Sin embargo, cuando otros equipos realizan acciones similares, la reacción es mucho más moderada, cuando no inexistente. El caso de la inscripción de Chiquete es un claro ejemplo de esta situación. Si el América hubiera realizado este trámite de manera digital, las críticas y las acusaciones de “ventajas” y “favores” no se habrían hecho esperar.

Esta percepción de una doble vara genera un sentimiento de hartazgo entre la afición americanista. Los seguidores del club se sienten constantemente atacados y juzgados con mayor severidad que los aficionados de otros equipos. Esta situación alimenta una rivalidad que, en ocasiones, sobrepasa los límites del ámbito deportivo. El caso de Chiquete sirve como un recordatorio de esta constante disparidad en el trato mediático y arbitral.

La celeridad en la inscripción de Chiquete

La velocidad con la que Cruz Azul logró inscribir a Jesús Orozco Chiquete en la Liga MX contrasta con la burocracia que suelen enfrentar otros equipos. La presentación física de documentos implica un proceso que requiere tiempo y coordinación. La aparente omisión de este requisito por parte de Cruz Azul ha generado interrogantes sobre la transparencia del proceso. Si bien no se cuestiona la legalidad del fichaje, sí se pone en duda la equidad en la aplicación del reglamento.

La ausencia de reacciones ante esta situación resulta aún más llamativa si se compara con la atención mediática que generan las acciones del América. Cualquier movimiento del club, ya sea un fichaje, una declaración o una decisión arbitral, es analizado con lupa y genera un sinfín de comentarios y debates. Sin embargo, en esta ocasión, el silencio ha sido la norma.

Un trato desigual que genera suspicacias

Este trato desigual alimenta las suspicacias sobre posibles favoritismos hacia ciertos equipos. Si bien no se puede afirmar categóricamente que exista una intención de beneficiar a Cruz Azul, la falta de escrutinio ante esta situación genera dudas sobre la imparcialidad del sistema. La afición americanista, acostumbrada a ser el blanco de las críticas, observa con atención este tipo de situaciones y exige un trato equitativo para su equipo.

El caso de Jesús Orozco Chiquete y su rápida inscripción en la Liga MX sirve como un ejemplo más de la diferente vara con la que se mide al Club América. Si bien el fichaje del jugador es legítimo, la forma en que se realizó su inscripción genera preguntas sobre la aplicación del reglamento y la equidad entre los equipos. La afición americanista exige un trato justo y espera que este tipo de situaciones no se repitan en el futuro.